No es una competición
Empieza el nuevo año y con él los nuevos propósitos.
Seguro que no has parado de leer por ahí la importancia de hacer nuevos propósitos con el cambio de año, incluso puede que hayas leído algunos de los propósitos que ciertas personas comparten en redes, mostrando cómo empiezan ya el 1 de enero a tope con ellos.
Puede que sientas algo de presión con tanto bombardeo. Los propósitos son algo muy personal, no tienes por qué compartirlos con nadie. No se trata de una competición ni de una carrera de fondo. Son para ti. Tampoco tienes que sentir la obligación de hacerlos en este momento del año, puedes hacerlo en cualquier época que sea significativa para ti.
Sin embargo, este momento puede ser una buena oportunidad para hacer balance.
El año nuevo puede simbolizar muchas cosas. Para unos el fin de un año pésimo, para otros la ilusión de un año nuevo en el que tenemos todas nuestras esperanzas.
Sea como sea, la realidad es que el año nuevo es solamente una continuación de nuestro día a día. Es algo simbólico. Seguiremos siendo la misma persona, a no ser que decidamos hacer un cambio.
Lo bueno de este momento es que podemos, simbólicamente, poner un antes y un después en nuestra vida y ser quienes de verdad queremos ser.
Pero ¿esto puede hacerse en cualquier momento de la vida no?
Por supuesto. Sin embargo, no podrás negar que es una buena oportunidad si
- has pasado por unos meses malos y quieres centrarte un poco
- para ti el anterior ha sido un gran año y quieres que el siguiente sea mejor
El objetivo es tu propio bienestar
En definitiva, establecer nuevos objetivos o prioridades en nuestra vida, nos acercará cada vez más a eso que siempre quisimos hacer y no pudimos, a vivir nuevas experiencias o simplemente a ser felices con la vida que tenemos, haciendo quizá algunos pequeños arreglos para que cada vez sea más placentera.
Se trata de plantear pequeños objetivos para mejorar nuestra vida haciendo pequeños cambios en el día a día. Pequeños cambios. No podemos pretender lograr cosas que no están a nuestro alcance o que sabemos que vamos a hacer el primer mes y, más tarde, acabaremos dejando.
Si lo que quieres es frustrarte a fin de año viendo como tus exacerbados propósitos no se han cumplido, adelante, ponte espléndido y haz una lista de cosas imposibles.
Pero, si lo que quieres de verdad es avanzar y sentirte bien contigo mismo, viendo a final de año como has progresado aunque te parezca que no, entonces debes ser REALISTA con tus propósitos.
Ya estés estudiando, trabajando o buscando empleo, si vas a planificar tu tiempo para conseguir unos objetivos concretos, necesitarás evaluar tu situación de vez en cuando. De nada vale tener miles de planificadores y calendarios si no tenemos unos objetivos claros, un fin último o una motivación.
Al fin y al cabo, los propósitos del año nuevo son objetivos a largo plazo que nos ponemos para motivarnos, cosas que nos interesan, que nos gustan o que queremos alcanzar.
Permíteme algunos consejos…
Paso previo: valorar lo que hemos hecho hasta ahora
Antes de empezar a proponerte cosas sin ton ni son, plantéate la siguiente pregunta:
¿Tiene sentido hacer una lista de propósitos o de «cosas que quiero hacer» sin tener en cuenta de dónde partimos?
Yo diría que no.
Empezar a hacer una lista de propósitos o de «qué quiero a partir de ahora» sin valorar lo que ya llevamos a las espaldas no tiene mucho sentido.
Creo que para saber dónde quieres ir tienes que saber:
- Dónde has estado. Revisión de tu pasado.
- Qué quieres mantener. Todo aquello que ha sido bueno para ti y que quieres conservar.
- Dónde NO quieres estar. Todas esas cosas pasadas que no quieres repetir.
- Dónde estás ahora. En qué punto te encuentras en el presente.
- Y, por último DÓNDE QUIERES LLEGAR.
Para valorar de dónde partimos lo ideal es valorar si hemos cumplido los propósitos del año anterior (obviamente). Pero, si no los tienes, te propongo que tomes un folio en blanco y respondas a algunas preguntas para reflexionar.
- ¿Me gusta/estoy satisfecho/a con mi vida?
- ¿Qué quiero mantener?
- ¿Qué cosas NO me gustan o quisiera cambiar?
- Esas cosas que quiero cambiar, ¿dependen de mí?
- ¿Qué puedo hacer para cambiarlas?
- ¿Quién soy ahora?
- ¿Quién o cómo me gustaría ser?
La respuesta a estas preguntas (y todas las que se te ocurran) serán la base de tus propósitos. Al contestar a estas preguntas recuerda hacerlo de la manera más honesta y realista posible. Recuerda que no compites con nadie ni tienes que demostrar nada, ESTO ES PARA TI.
Recuerda también, tener en cuenta todas las áreas en las que quieras proponerte objetivos: profesional, relacional, personal… y las que tú quieras añadir. Y esto me lleva al siguiente punto.
¿Los propósitos son estrictamente profesionales?
Personalmente, creo que lo bueno de los propósitos frente a objetivos estrictamente académicos es que podemos ser un poco más creativos.
Ampliar no solo en lo estrictamente profesional sino, como ya he dicho encontrar aquello que nos motiva y que nos gustaría hacer.
Pueden ser miles de cosas, lo que se te ocurra. Yo te propongo las siguientes temáticas:
- Objetivos profesionales: lanzar una web con blog, escribir un post cada semana…
- Personales: hacer un taller de mindfullness, escribir un diario personal, hacer deporte 3 días en semana…
- Relacionales: pasar más tiempo con mis seres queridos, conocer gente nueva…
- Aficiones/ocio: apuntarme a clases de teatro, visitar Barcelona…
- Otros objetivos: reciclar más…
Las características de unos buenos propósitos
Puedes escribir todo lo que se te ocurra, eso sí, QUE SEA REALISTA. Igual que al realizar una buena planificación para establecer una rutina de estudio debemos tener en cuenta que estos propósitos sean realistas (ajustados a la realidad) y FLEXIBLES (que sean modificables). De nada sirve que nos propongamos miles de cosas que no vamos a hacer. Lo mejor que puede pasar es que llegará fin de año y nos frustraremos y sentiremos fracasados por no haber cumplido con nuestros propósitos.
Por ejemplo, ante el propósito de hacer deporte 3 días a la semana debes tener en cuenta de dónde partes. No es lo mismo proponerte ese objetivo si el año anterior hacías 2 días por semana, que si no has hecho deporte nunca en tu vida (si tu caso es el segundo puede que no lo cumplas).
En el segundo caso, quizá puedas cambiar el objetivo por «encontrar un deporte que me guste y realizarlo habitualmente o 1 vez a la semana», por ejemplo. Si ves que durante el año lo vas cumpliendo y quieres proponerte ir más allá ¡ADELANTE! Pero empieza por cosas realizables para mantener la motivación todo el año.
Cómo elaborar la lista de propósitos
Te propongo los siguientes pasos:
- Hacer lluvia de ideas en un folio en blanco y apuntar todo lo que se te ocurra
- Hacer un borrador con esas ideas
- Revisar el borrador y preguntarnos ¿son realistas estos objetivos? ¿tienen sentido?
- Una vez lo tengamos claro pasar a limpio y guardar a la vista
Lo ideal, es guardarlos a la vista para tenerlos presentes durante todo el año o, al menos, tenerlos a mano en un lugar que vayamos a revisar frecuentemente.
Evaluar cada 3, 4 o 6 meses
Te recuerdo que esta evaluación es para ti y solo para ti.
Quizá alguien piense «Sandra, eres una exagerada, si no los cumplo a fin de año no pasa nada». Entonces ¿para que has perdido tiempo en hacerlos?
Si has llegado hasta aquí y estás dispuesto a hacer tus propósitos vas por buen camino. Querer mejorar y superarse a uno mismo es un valor fundamental, así que te felicito por querer ser mejor cada año y cada día.
Y para ello, será muy importante valorar, evaluar y redirigir. Por eso creo que, para no darte el susto en fin de año y descubrir que no has hecho nada de lo que te propusiste, dedica tiempo durante el año a revisar esos propósitos que con tanto ímpetu escribiste en Enero.
Si el paso previo lo hiciste bien y tus objetivos son realistas no te costará mucho llevarlos a cabo, quizá en las revisiones puedas darte un empujoncito para alguno que te quede en la lista y al que no estés prestando atención.
Por otra parte, estas revisiones te servirán para evaluar tu motivación: si está en el mismo punto, o si tu vida ha cambiado y necesitas cambiar o eliminar alguno de tus propósitos o añadir alguno nuevo (recuerda la flexibilidad).
Propósitos y planificación a largo plazo
Además de para trabajarte personalmente y mejorar en tu vida los propósitos serán una gran herramienta para elaborar una planificación a largo plazo, ya sea para tu trabajo o estudios.
Dicho de otra manera, estos propósitos convertidos en objetivos y estos subdivididos en objetivos más pequeños y trasladados a un calendario, pueden ayudarte más fácilmente a conseguir objetivos profesionales a largo plazo.
Espero que te haya gustado este post, el primero del año 2022, recuerda comentar tus percepciones ¿crees que los propósitos de fin de año son necesarios? ¿crees que son una buena herramienta? ¿crees que más que ayudarnos nos presionamos a nosotros mismos?
Te leo en comentarios.