¿No puedo memorizar sentado?

Puede que te haya sorprendido y hayas pensado, pero ¿Cómo estudio entonces? o ¿Cómo voy a estudiar de pie?

Sé que estamos (mal) acostumbrados a estudiar de «memorieta», sentados en el escritorio durante horas, partiendo directamente del texto en bruto pretendiendo que al final se nos quede todo en la cabeza.

Y mi pregunta es ¿no te parece aburridísimo? ¿no te entra sueño mientras estudias sentado?

Si tu respuesta a las dos preguntas anteriores es SÍ y SÍ (consecutivamente), ¡NO ERES RARO! Es completamente normal que te resulte aburrido.

¿Cómo pretendemos memorizar algo estando aburridos o medio dormidos?

Pues es bastante difícil.

En el post de hoy hablaré de por qué estudiar sentados no es la mejor opción y cuales son las alternativas más recomendables.

El movimiento es vida

El cerebro humano está preparado para aprender a través de la práctica y no de manera pasiva, entonces ¿por qué nos empeñamos en hacer todo lo contrario?

Además, para mantener la concentración la mente necesita un estímulo interesante al que atender. Si estamos sentados e inmóviles leyendo un texto que nos parece aburridísimo, es muy difícil mantener la atención y, no digamos ya memorizar.

Sin embargo, diversos estudios han demostrado como el ejercicio físico potencia las funciones ejecutivas, que son aquellas que favorecen la planificación, la atención y la memoria (entre otras funciones).

Así que hay que intentar, en la medida de lo posible y ajustado a las circunstancias, estudiar en movimiento o realizando actividades prácticas.

Mientras que en primaria podemos tirar más de actividades prácticas como utilizar el dinero para sumar, según vamos pasando a la juventud y ya a la adultez la cosa se va complicando. Es aquí donde se encuentra el verdadero reto.

Cuando somos adultos, lo más normal es que estudiemos en la universidad, en algún curso o FP o para alguna oposición.

Aquí lo de utilizar caramelos para aprender a sumar como que ya no vale.

Necesitamos ir al meollo, a estudiar o memorizar esos tochos que nos piden.

Sin embargo, las recomendaciones científicas siguen siendo las mismas: el movimiento favorece la concentración y la memorización. Así que tendremos que adaptarlo.

Te cuento cómo.

1. Utilizar actividades prácticas antes de memorizar (esquemas)

Como sabéis soy muy partidaria de elaborar esquemas para trabajar un texto que después se pretende memorizar. También puedes utilizar el resumen si lo prefieres.

Sea cual sea tu caso, hacer una lectura comprensiva y en profundidad es un paso previo necesario si quieres memorizar, de lo contrario será tremendamente complicado.

Obviamente, en esta fase deberás estar sentado (escribir de pie es un poco difícil). Pero, digamos que es el paso previo a la memorización.

A la hora de elaborar el esquema es más difícil que te aburras ya que estás aplicando el movimiento a través de la grafía, aunque no estés de pie dando saltos.

Quizá sea en la parte previa, la de la lectura comprensiva, en la que más pueden surgir el aburrimiento y la somnolencia.

¿Qué actividades prácticas podemos hacer en este caso para combatirlo?

  • Reflexionar acerca de lo leído
  • Hacer anotaciones al margen resumiendo el contenido de algún párrafo
  • Buscar vocabulario que no entendemos y utilizar una lista de vocabulario
  • Buscar información adicional en internet para comprender mejor las partes que más cuestan
  • Utilizar el subrayado
  • Ir haciendo en sucio un boceto del esquema mientras vamos leyendo
  • Utilizar post-it sobre el texto original con información que luego nos sirva para elaborar el esquema

Lo que se te ocurra. El caso es hacer una lectura que implique actividad, que sea dinámica, incite a pensar y repensar el texto hasta comprenderlo, ¡QUE NO SEA ABURRIDA!

2. Estudiar de pie gesticulando y repitiendo en voz alta

Un clásico. He de decir que es mi forma favorita de estudiar, la que utilicé en la universidad. Simple pero efectiva.

Se trata de moverte por la habitación hablando en alto, como si hablases con alguien, moviéndote de un lado a otro, utilizando el esquema como guion y repitiendo una y otra vez.

Para esto lo más recomendable es hacerlo en tu sala de estudio o habitación sin nadie que te moleste.

Esta opción es para quienes les gusta estudiar solos, sin ruido y sin terceras personas. Yo conmigo misma.

Obviamente esta opción no puedes utilizarla si estudias en la biblioteca.

¿Y si yo soy de estudiar en la biblioteca?

En ese caso, aprovecha los días de biblioteca para la parte previa (punto 1), es decir, para hacer la lectura comprensiva y el esquema o resumen con sus actividades prácticas correspondientes, ya que puedes hacerlas en silencio y sin molestar (por ejemplo si quieres ponerte un vídeo explicativo te pones los cascos y punto).

Una vez esa parte esté superada y llegue la parte de memorizar, si eres de las que (como yo) necesitan silencio y soledad, planifícate de manera que puedas hacer esta fase de memorización cuando no haya nadie en casa o simplemente métete en tu sala de estudio si ahí estás tranquila.

Obviamente, si estás estudiando una oposición necesitarás una planificación a largo plazo, por lo que, si lo haces bien y vas con tiempo, sabrás encontrar el momento y espacio adecuados para esta fase del estudio.

Aquí ya eres libre. Utiliza el esquema como guion y repite mientras caminas y gesticulas por la sala, como si lo estuvieses exponiendo en público. Repite hasta que sientas que lo has interiorizado completamente. Aquí el número de repeticiones será distinto en función de la persona y del contenido a memorizar.

Si, de lo contrario no tienes la posibilidad de estudiar de esta forma (aunque quieras) o bien prefieres hacerlo más práctico contándoselo a otra persona, puedes hacer lo mismo pero con ayuda de un familiar al que le cuentes lo que estas memorizando como si de una historia se tratase. Seguro que algún familiar colaborador puede ayudarte en esta tarea.

3. Grabaciones de audio o vídeo

Esto también es un clásico.

Personalmente, nunca lo he utilizado, pero desde luego es una opción entretenida y dinámica si te interesa el mundo audiovisual.

Igual que en el punto anterior podías probar explicándoselo a una tercera persona, en este caso tu cuarta pared es la cámara de vídeo o grabadora de audio.

¿Qué ventaja tiene esta modalidad frente a la anterior?

Hay un doble trabajo de aprendizaje:

  • Aprendes y/o estudias mientras te grabas
  • Aprendes y/o estudias mientras te escuchas (muy interesante para el repaso)

Al contrario que en la opción anterior, puedes volver a visionarte o a escucharte mientras haces otras cosas a lo largo del día para recordar o repasar lo que ya has estudiado y que no caiga en el olvido. Eso sí NO TE PONGAS EL AUDIO MIENTRAS DUERMES, aprovecha la noche para descansar.

Además, si vas a exponer un tema, el video es una buenísima opción para observar cómo gesticulas y te mueves mientras hablas.

4. Descansos activos

Seamos sinceros, por poco recomendable que sea estar sentados durante horas, en ocasiones no nos queda más remedio. Y es aquí donde entran los descansos activos.

Hay quienes los denominan «activos» por un simple hecho. Si estás sentado durante 45 minutos o 1 hora ¿crees que lo suyo es tumbarse en el sofá en el descanso? Lo cierto es que no. lo más recomendable será darle movimiento al cuerpo. No es necesario hacer 100 sentadillas, pero sí puedes hacer lo siguiente:

  • Estiramientos de pie
  • Caminar por la casa
  • Aprovechar para ir a por agua, tomar fruta, ir al servicio…
  • Asomarnos a la ventana o salir a la terraza (a por un poquito de vitamina D)

Pásate por el post en el que hablé sobre los descansos para saber más.

Respecto a cada cuanto descansar, recuerda hacerlo tuyo pero no estar más de 1 hora y media sin levantarte (que, para mi gusto, ya es demasiado) y utiliza el método pomodoro o un cronómetro para controlar tus descansos y, sobre todo…

¡OBLIGATE A LEVANTARTE!

Enlaces de interés

Guillén C., J. (2017). La conexión cuerpo y cerebro en el aprendizaje. Escuela con cerebro.