Siempre he preferido hablar de hábitos y técnicas de estudio así, todo junto. ¿Por qué?

Porque ambas forman parte de un todo, son las dos grandes piezas fundamentales que conforman el engranaje de lo que al final será un «rendimiento óptimo».

Me parecía necesario hacer un post en el que hablar del hecho de que habitualmente nombremos las técnicas de estudio y hablemos de «apoyo en técnicas de estudio«. Pero, ¿Qué sería de esas técnicas sin unos buenos hábitos que nos permitan llevarlas a cabo frecuentemente?

Y es que los hábitos no son solo el lugar de estudio, va mucho más allá.

En el post de hoy hablaremos:

  • El origen de mi interés por los hábitos y técnicas de estudio
  • Qué se considera hábitos
  • Qué se considera técnicas
  • Por qué trabajar ambas juntas es la clave
  • Cuál de las dos considero la más importante

El origen de mi interés

Cuando empecé a estudiar Pedagogía, me topé en la carrera con los hábitos y las técnicas de estudio.

Sinceramente, no recuerdo la asignatura exacta en la que escuché hablar de ello por primera vez, pero lo cierto es que me suscitó bastante interés y empecé a aplicar toda la teoría de CÓMO ESTUDIAR en mi día a día como estudiante.

Si dividiésemos a todos los estudiantes del mundo en dos grupos opuestos, en un extremo tendríamos a quienes que dejan todo para el último momento y se levantan cada 5 minutos . En el otro extremo tendríamos a los que no se levantan de la silla en 4 horas y no se toman ningún descanso.

Pues bien, hasta aquel momento, yo pertenecía al último grupo. Dedicaba bastante tiempo y lo cierto es que no obtenía resultados extraordinarios (mi media de bachillerato fue un 6,3).

La verdad es que me organizaba fatal y, lo que es peor, lo pasaba mal porque, desde mi punto de vista en ese momento, lo estaba haciendo todo bien: me estaba esforzando.

De ahí mi interés por los hábitos y las técnicas de estudio.

A partir del segundo año de carrera apliqué todas estas teorías y comencé a:

  • Planificar a largo plazo y estudiar con antelación (empezaba hasta 2 meses antes)
  • Tomar pequeños descansos durante el estudio
  • Hacer lectura comprensiva
  • Elaborar mis propios esquemas
  • Memorizar de forma activa
  • Dejar los últimos días para repasar
  • Descansar el día antes del examen

Y mis resultados comenzaron a mejorar. Terminé la carrera con un 8,26 y el máster con más de un 9,14 ( con 3 matrículas de honor).

¿Mejoré solo por hacer esquemas y leer? NO

¿Mejoré porque, además de las técnicas, mejoré mis hábitos (descansos, planificación a largo plazo?

Por eso opino que hábitos y técnicas deben ir de la mano y debemos mencionar AMBAS palabras y no solo «técnicas», porque de ese modo estamos dejando de lado una parte muy importante.

Y no es que las notas sean lo más importante, no es que quien saque un 9 sea mejor que quien saca un 6. Se trata de que los resultados reflejen el verdadero potencial de cada persona. De lo contrario, tendremos un estudiante frustrado.

Trabajo Fin de Máster

Cuando elaboré mi Trabajo Fin de Máster allá por 2016, decidí hacerlo sobre hábitos y técnicas de estudio.

Una de las cosas que descubrí cuando realicé la revisión bibliográfica fue que los autores no se ponían de acuerdo en la denominación. Por eso aquí continúo hablando desde mi opinión y qué es lo que a mí me parece más correcto: no hay un consenso.

Y es que mientras unos mencionan hábitos, por un lado y técnicas, por otro, otros engloban todo el concepto dentro de la palabra técnicas.

Quizá parezca una tontería pero cuando un adolescente o un niño en primaria tiene dificultades a la hora de estudiar y los padres piden apoyo en técnicas de estudio, muchas veces estos piensan que lo que se les va a enseñar es a hacer esquemas y resúmenes y poco más.

Y, aunque es una parte muy importante que nos permite hacer un estudio activo, la parte previa (hábitos) es también fundamental.

Qué se considera hábitos

Dentro de los hábitos, encontraríamos todas aquellas acciones que, realizadas repetidamente, nos llevan a dedicar un tiempo eficiente a aquello a lo que nos queramos dedicar (en este caso, el estudio).

Dentro de los hábitos encontraríamos la planificación del tiempo de estudio, descansos, la gestión de las condiciones ambientales (lugar de estudio), la organización del material etc.

Una de las fuentes que utilicé en este TFM nos aporta una clasificación bastante clara de a qué nos referimos cuando hablamos de hábitos de estudio (Cremades, 2011):

  • Dedicación al estudio
  • Planificación y programación
  • El lugar de estudio
  • Apoyos personales: familiares, compañeros y profesionales

En definitiva, sería la preparación previa al estudio. La puesta a punto de todo lo necesario para empezar a tomar acción (entendiendo que tomar acción sería estudiar como tal). Sería algo así como allanar el camino antes de la marcha.

Qué se considera técnicas

Quizá esta parte sea la más conocida y la que primero piensa la gente que es lo que hay que trabajar. Así que aquí no me enredaré mucho.

¿Qué engloba esto que se conoce como técnicas de estudio?

  • Lectura comprensiva
  • Subrayado
  • Esquemas, resúmenes, listas de conceptos, tablas comparativas…
  • Técnicas de memorización y repaso

En definitiva instrumentos concretos que nos ayudan a trabajar el temario facilitando la comprensión (si quieres saber más echa un vistazo a este post: 7 técnicas de estudio que debes conocer).

Cuál de las dos considero más importante

A estas alturas, te imaginarás que voy a decir que AMBAS SON IMPORTANTES.

Por supuesto que ambas, pero para mí hay una más importante que otra y son los hábitos.

¿Por qué?

Porque no sirve de nada empezar el curso a tope con un calendario, dos planificadores y 20 subrayadores, si dos semanas después de empezar vas a tirar la toalla y vas a dejarlo hasta el día de antes del examen (y si eso).

Y aquí es donde se encuentra el error la mayoría de las veces.

Si te cuesta «mantener la motivación» por mucho que sepas hacer un esquema no vas a conseguir resultados si el problema reside en la constancia.

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¿Cuál es el secreto entonces?

Hacer un poco cada día en lugar de pegarnos la paliza la semana de antes es lo que mejor funciona (las verdades duelen).

No hay técnicas super-eficientes ni instrumentos milagrosos que vayan a facilitar que de un día para otro nos aprendamos 20 temas de golpe. Igual que en nutrición: las dietas milagro no existen. La magia está en dedicarle el tiempo suficiente (y eficiente) y en conseguir que estudiar sea parte de tu día a día. De otro modo, va a ser muy difícil que consigas los resultados que quieres.

En definitiva, puedes tener suerte alguna vez, puede que sobrevivas estudiando el día de antes, pero la realidad es que no a todo el mundo le funciona.

Así que, si te cuesta estudiar ya tienes la respuesta: has de revisar tus hábitos.

Este es un proceso continuo. No hay línea de meta. No hay una solución permanente […] Avanzar y avanzar. Siempre buscando la siguiente manera de ser un 1% mejor. El secreto para obtener resultados que duren consiste en no dejar nunca de hacer mejoras. Es notable lo que puedes construir si no te detienes.

James Clear en Hábitos Atómicos (2021)

Fuentes de interés

Clear, J. (2021). Hábitos atómicos. Barcelona: Editorial Planeta.

Cremades, R. (2011). Estudiar con cabeza y corazón. Málaga: Arguval.