El lugar de estudio es una parte muy importante a tener en cuenta a la hora de valorar si tenemos unos buenos hábitos de estudio.
Normalmente, se tiende a partir directamente de las técnicas que facilitan el estudio (esquema, resumen etc) pero se nos olvida la parte más importante y es el contexto o ambiente de estudio.
Evidentemente, no es lo único a tener en cuenta y, por muy ordenada, limpia y blanca que tengas tu sala de estudio, si no te planificas correctamente vas a seguir teniendo dificultades.
Sin embargo, una sala de estudio ruidosa o caótica puede generar ese ruido mental que no te deja pensar con claridad.
Como lo que queremos es controlar todas las variables que influyen en tu rendimiento, el lugar de estudio es de lo primero a tener en cuenta.
Por eso hoy veremos los aspectos más importantes a tener en cuenta respecto al lugar de estudio.
Espacio despejado y ordenado
Papeles por medio, ropa por todas partes, la cama sin hacer, la mesa llena de bolis que no pintan…
¿Te suena?
No te preocupes, yo también era así cuando vivía con mis padres (aunque muchos no lo crean) pero ¡YA NO MÁS!
Está claro que un espacio desordenado no gusta a nadie. Si eres de los que tiene el cuarto patas arriba y dicen «no, a mí no me importa tanto, no me molesta tener desorden»… pero, si te pregunto ¿te gustaría tener una varita mágica para ordenarlo todo y que quede impoluto en un segundo?
Probablemente contestes SÍ (o eso espero).
En ese caso, siento decirte que no existe tal varita (por desgracia), tienes que hacerlo tú. Dedica un día en concreto (si es un domingo mola más) para reorganizar por completo tu espacio y tirar esos bolis que no pintan desde hace más de 10 años pero que siguen ahí no sabemos por qué.
Como ya dije en este post, es cuestión de ensayo-error. Prueba a estudiar con tu espacio ordenado y analiza cómo te sientes.
Sin ruidos ni distracciones
¿Qué me dices de la música del edificio de enfrente, las obras del vecino del quinto o la televisión que suena en la habitación contigua?
¿Te ha pasado alguna vez estar estudiando y no poder concentrarte porque estás prestando más atención a los ruidos de tu alrededor?
También es normal, no te preocupes.
En este caso, algunos ruidos externos son difíciles de evitar (como las obras del vecino del quinto). Sin embargo sí podemos:
- Cerrar las ventanas y las puertas para que entre el menor ruido posible
- Hablar con nuestros familiares o compis de piso para que intenten no molestarte
- Ponerte tapones o casos que te aíslen del ruido (sin música) en caso de no poder evitarlo
- Y, para los peores casos, tenemos las bibliotecas
Si eres de los que estudia en la biblioteca sí o sí te recomiendo leer este post.
Por otra parte, existen distractores que nos ponemos nosotros mismos y SÍ podemos controlar.
El primero de ellos, el (dichoso) teléfono móvil.
Apagado, fuera de cobertura, modo avión, modo silencioso… de verdad que existen muchas opciones ¿no te funcionan? Deja el móvil FUERA de la habitación. Este punto es súper importante ya que es el principal distractor que podemos tener.
El típico «voy a mirarlo un segundo» puede convertirse en 15 o 20 minutos en los que ya has bajado la guardia y perdido la concentración por completo y, vuelta a empezar otra vez. Eso por un lado, ya ni hablemos de encontrarnos con un mensaje importante y no poder dejar de pensar en ello todo el rato mientras estudiamos.
Así que, de verdad, ponte un horario y ¡deshazte del dichoso móvil por un rato!
Si trabajas o estudias con el ordenador, tendrás que tener la fuerza de voluntad suficiente para tener abiertas SOLO las pestañas que necesitas y no tener abiertas 257 ventanas a la vez. Evita también durante el tiempo de concentración mirar el correo electrónico o redes sociales. ¡RESISTE A LA TENTACIÓN!
Y, lo mismo me vale para cualquier otro utensilio que te pueda distraer: juguetes en el caso de los peques, cubo de Rubik, punto de cruz, naves espaciales…
Buena ventilación y temperatura
Esta, aunque parezca una tontería también es muy importante.
Por si no lo sabías, respiramos oxígeno y liberamos dióxido de carbono (¡sorpresa!). Si estamos mucho tiempo en una misma sala, y más si esta es pequeña, el ambiente comienza a cargarse. Y esto se nota aún más cuando sales y vuelves a entrar y piensas «madre mía como huele aquí». Esa es tu señal ¡ES MOMENTO DE VENTILAR!
Un ratito (o unas horas antes si es invierno y hace frío, por razones obvias) antes de ponerte a estudiar es bueno que abras las ventanas y puertas de tu sala de estudio para que el aire circule y se renueve.
Un ambiente cargado también puede dificultar tu concentración, al igual que si hace demasiado calor o demasiado frío (ten en cuenta también estas dos cosas antes de ponerte a estudiar).
En definitiva, procura ventilar frecuentemente tu lugar de estudio y asegúrate antes de empezar de que la temperatura es adecuada y vas a estar cómodo.
Iluminación natural
Normalmente, las lámparas o focos que tenemos para estudiar pueden llegar a fatigarnos la vista. Por eso, lo ideal es aprovechar al máximo las horas de luz para estudiar.
Claro está, que a veces no es posible. En ese caso, asegúrate de que la luz artificial que tengas sea la adecuada:
- Que se parezca lo máximo posible a una luz natural
- Que la luz que aporte sea suficiente (es decir, que no nos quedemos muy a oscuras, en ese caso deberemos forzar la vista)
- Por el contrario, que la luz no sea demasiado intensa (esto también puede fatigar la vista)
- Asegúrate de que el ángulo es correcto. Si estás escribiendo, eres diestro y la luz te llega por la derecha, no vas a ver lo que estás escribiendo.
Si crees que la luz del techo no es suficiente o que la luz utilizas no es la adecuada busca una lámpara o pequeño foco que te ayude a estudiar lo más cómodo posible (de nuevo, ensayo-error, aunque puedes buscar recomendaciones).
Siempre el mismo sitio
De nuevo, esto en ocasiones puede ser difícil por las circunstancias personales, pero debes saber que es lo más recomendable y debes intentar, en la medida de lo posible, tener un sitio fijo en casa.
¿A qué me refiero con un sitio fijo?
A tener un espacio personal con una mesa y una silla que te resulte cómoda, donde guardes a mano el material que sueles utilizar… y no estudiar un día en la cocina, otro día en el salón y otro en la cama (la cama no, por favor te lo pido).
Si el espacio, sí o sí tiene que ser compartido, asegúrate de cumplir, al menos, con el primer punto (que esté bien ordenado) y pacta con la persona con quien lo compartes, todos los factores o hábitos que influyen en tu rendimiento.
Como te he dicho antes, puede que seas de quienes prefieren (o necesitan) biblioteca. En ese caso, la biblioteca cuenta como un sitio fijo. Es decir, estudiar unos días en casa y otros en la biblioteca está fenomenal, pero intenta controlar todos los factores respecto a tu lugar de estudio en casa.
Espero que te hayan servido estos consejos, no dudes en preguntar o comentar.